viernes, 4 de septiembre de 2015

Síndrome post-vacacional.

   Todos los años por estas fechas oímos en la televisión el síndrome post-vacacional. En resumen, esas pocas ganas de volver con la rutina. Y a mí siempre me pasa que... no me siento del todo identificada. 

   He de decir que amo el verano porque hago cosas increíbles que es casi impensable hacer durante el resto del año; por el tiempo, por el clima, por la economía... lo que sea. Pero hay una gran cantidad de actividades para hacer de golpe y a mi me da para hacerlas todas a la vez prácticamente. Para muestra, un botón: 

   Aún así, a pesar de estos increíbles fines de semana improvisados, de las grandes historias en el pueblo, y de los viajes conociendo mundo... cuando llega el momento de recuperar la rutina, me gusta. 

   Algo de tristeza entra obviamente, pero acabo tan colapsada de novedades en las vacaciones que casi que necesito un respiro. A de más, si realmente os gusta lo que hacéis y vuestra vida, estoy segura de que como mucho se os harán duros los primeros dos días por el tema de horarios, madrugar, etc. 

   Al final llegamos siempre a la misma conclusión. Si haces lo que te gusta no existe problema alguno. Hay que disfrutar de cada instante. 

   P.D.: Sí, todo esto era una escusa para poner el vídeo en el blog. ¡Estoy taaaan orgullosa..!

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